Amo el Pilates pero no encuentro el lugar correcto

por Ismael Valverde

Hacer del Pilates nuestra pasión, nuestra actividad física a diario, nuestro lugar feliz que nos “acomoda el cuerpo”, ese momento que desafía el sedentarismo diario, es una bendición. Sin embargo, en el camino que recorremos al descubrir Pilates, podemos a veces frustrarnos, no con la actividad en sí misma sino con el lugar donde escogimos desarrollarlo.

Existen varios factores que condicionan la elección del lugar correcto para realizar Pilates. Inicialmente debemos entender que esta selección de lo que llamaremos “Correcto” será subjetiva. Existen tantas opciones de modalidades y centros de Pilates, como así también de alumnos con distintas afinidades y necesidades. Nos concentraremos entonces, en conocer las opciones que nos puede brindar el mercado actual del Pilates y entender ciertas situaciones que suelen aparecer repetidas en momentos en que los alumnos deciden desertar de una clase de Pilates.

Descubrir el método Pilates a cada uno puede llegarnos de manera distinta. A veces puede ser a través de una prescripción médica como parte de un  proceso de recuperación de una lesión y de la mano de un fisioterapeuta en el mismo centro médico. Allí estaremos a merced del criterio del profesional de cuál será el mejor camino en dicho proceso.  Siendo clases de Pilates Mat, Pilates con alguno de los equipamientos del método y también una combinación de ambos.

La historia es distinta cuando por decisión propia comenzamos a asistir a clases en un centro de Pilates o con un instructor determinado.

Entendamos algunas de las distintas opciones que podemos encontrar en el  mercado actual, siendo cada una ellas igualmente válidas para poder desarrollar los principios del método Pilates.

  • Pilates Reformer: siendo el equipamiento más utilizado mundialmente a la hora de una sesión, se presenta muchas veces como una primera opción atractiva en los centros de Pilates.
  • Pilates con equipamientos: algunos centros de Pilates pueden tener, conjuntamente con el Reformer, los demás equipamientos que conforman el abanico creado por Joseph Pilates en materia de “máquinas”, siendo el Cadillac, Reformer con Torre, Barril escalera, Silla, Corrector Espinal y Unidad de Pared los más utilizados actualmente.
  • Pilates Mat: clases en colchonetas o mats sobre el suelo valiéndonos de nosotros mismos a la hora de ejecutar los ejercicios sin contar con la asistencia que nos proporcionan los equipamientos.
  • Pilates Mat con Accesorios: al desarrollo de una clase de suelo se le sumarán elementos anexos que nos brindarán nuevas opciones en nuestras ejecuciones. Se utilizan Bandas elásticas, Aros de Pilates, Balones grandes y pequeños, Rodillos de espuma, bases instables, entre otros.
  • Pilates Aéreo o en Suspensión: se aplican los principios del método con ejercicios sobre un columpio de tela con 2 brazos o por ejemplo utilizando un sistema de anclaje de cintas y manillares.

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Observando las distintas variantes de llevar a cabo una clase Pilates también podemos inferir que cada instructor pueda combinar el uso de una opción con las otras para enriquecer el repertorio de sus clases.

Así también, se nos presenta una modalidad bastante común a la hora de promocionar clases, que es la modalidad de Circuito de Pilates. En esto modo se determinan una serie de equipamientos, accesorios y ejercicios que formarán postas donde cada uno de los integrantes deberá ir pasando por turnos hasta completar el circuito determinado por quién dirige la clase.

El amplio muestrario de modalidades nos enseña que muchas veces sentir que la clase elegida para aprender el método Pilates no es la correcta puede ser debido a la falta de experimentar las distintas opciones que existen en el mercado. Otro simple ejemplo de eso, es decidir si el tipo de clase debe ser grupal o tal vez se deban asistir a sesiones privadas o semiprivadas. No siempre es lo mismo, para los alumnos, encontrar la concentración en grupo que recibiendo las indicaciones del instructor dirigidas a una sola persona.

Un factor no menor son las misceláneas que rodean a una clase. Citemos algunos ejemplos como: la ubicación geográfica donde tome lugar la actividad, que puede no favorecernos; el horario estipulado que tampoco se adecue cómodamente a nuestra agenda; el “clima” de una clase grupal que se genere con los propios integrantes y el instructor, que no sea tan estimulante, dentro de nuestras expectativas, como sería con otros; el simple ambiente del recinto y su decoración que nos hace elegir uno por sobre otro.

Poner en la balanza si la elección de la clase es correcta nos la dirá el tiempo y la amplitud que tengamos a la hora de probar distintas opciones.

No es fácil a veces decidirse cuál será la que llene nuestras expectativas y nos de la comodidad necesaria para continuar con nuestra actividad que decidimos amar y ser ejecutantes de esos logros anhelados a nivel física, mental y espiritualmente. Continúe investigando, que el Pilates no le defraudará y podrá reencontrarse con su “lugar feliz”, como a ese viejo amor al que siempre se vuelve.

Escrito por: Ismael Valverde Fernández

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