Este curso, no te quemes dando clase

Agotamiento profesional o Burnout: Perspectiva del Instructor de Pilates

por Lucía Muñoz Mesado

A pesar de no estar dentro del colectivo educativo, no me negaréis que el calendario en nuestros centros de pilates se rige por el mismo curso escolar y la vuelta de las vacaciones. Así pues, nos encontramos con esa vuelta a la normalidad después del verano y esa transición de un curso a otro.

Caminando pues, las primeras semanas del curso, creo que es el momento perfecto para visualizar y trabajar en cómo queremos que sea este nuevo año o temporada:  nuevos alumn@s, novedades en las clases, momento ideal para introducir o recordar la mecánica del grupo y del centro y por supuesto, momento ideal también para prevenir o poner las medidas necesarias para no caer en los mismos errores que el año pasado. El agotamiento o el sentirse quemado por nuestra profesión, sería uno de estos puntos a meditar:

¿Soy capaz de detectar cómo va llegando el agotamiento y así mismo cómo puedo prevenirlo?

 

Me sorprende ver cuántas personas me encuentro en esta época del año que comienzan con agotamiento o desidia la vuelta a las clases. Por ello siento que es un gran momento para PREVENIR esta sintomatología y poder transitar este año con mayor equilibrio y armonía en nuestro estado emocional y mental como instructores y educadores de Pilates.

El agotamiento por la profesión de enseñar no es ninguna novedad. De hecho, ya hablamos de ello en el artículo sobre Quien cuida al Instructor de Pilates.

Agotarnos o quemarnos en cualquier entorno educativo o profesional ha sido tipificado por la OMS como fenómeno ocupacional. El término “burnout” fue acuñado por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger, en su libro Burnout: The High Cost of High Achievement y es definido por la OMS como “… el síndrome consecuencia de un estrés laboral crónico que no se gestiona con éxito. Se caracteriza por tres dimensiones: un sentimiento de agotamiento o ausencia de energía; mayor distanciamiento mental, o sentimientos de negatividad o cinismo con respecto al trabajo; disminución de la eficacia profesional”.

Para poder prevenir este estado también es esencial detectar los distintos niveles o señales que podemos ir sintiendo para de esta manera, identificar y poder tomar las medidas necesarias al respecto. Parece que este tipo de trastornos nos pillan siempre por sorpresa, cuando en realidad, ha habido avisos claros y no hemos sido capaces de escucharlos.

En muchas de las investigaciones sobre el burnout se intenta una y otra vez, generar una escala para poder darnos cuenta de cómo llegamos a quemarnos tanto en el trabajo y sobre todo, para poder detectarlo tempranamente. En la web Edutopia podemos encontrar un artículo donde se expone un marco de cuatro etapas para ayudar a los maestros a comprender el proceso de agotamiento y qué está en su mano hacer para proteger su bienestar.

Dos síntomas muy evidentes del Burnout son la depresión y la ansiedad, motivos ambos  habituales de baja laboral en España. Además, es curioso saber cómo este síndrome afecta sobre todo a personas con un alto grado de vocación en su trabajo, con un alto grado de implicación… quizás demasiado. Además, la persona suele estar expuesta de manera continua a:

Equilibrio entre lo personal y profesional 1 300x197 - Este curso, no te quemes dando clase

  • Altos niveles de estrés
  • Carga de trabajo excesiva
  • Poca autonomía
  • Malas relaciones en el trabajo y
  • Ausencia de apoyo en su entorno
  • Falta de formación para desempeñar las tareas

Después de lo expuesto, siento que en mis diez años como instructora de varias disciplinas, principalmente el Pilates, he debido rozar en varias ocasiones el Burnout. En realidad, siento que cualquiera puede entrar en este estado si realmente tiene una fuerte implicación y unas ganas excesivas de conseguir sus objetivos y sus propósitos en aquello que hace.

Como siempre, intento escribir en estos artículos desde la propia experiencia, la investigación y mi humilde opinión sobre este maravilloso mundo en el que trabajamos. Desde este lugar, te ofrezco una reflexión a modo de escala valorativa de los niveles y etapas que pueden generarse en nuestra profesión para llegar a estar completamente Quemados:

 

NIVEL 1: Implicación excesiva

Sientes un nivel de pasión o compromiso con las clases y con tus alumn@s que sientes que no llegas a todo. Comienzas a estar desbordado por esta sensación de querer dar más de lo que puedes y por intentar estar al día de todas las novedades y noticias que se generan sobre el Pilates y su evolución. El nivel de motivación es excesivo.

No eres lo suficientemente bueno

para tus alumnos y para las clases, sobre todo para los alumnos ya veteranos y que necesitan un nivel de trabajo y de innovación importantes.

No eres capaz de desconectar de las clases o lo que te requieren

Aunque físicamente no estés todo el tiempo dando clases, sientes que no puedes dejar de pensar en ello. No encuentras momentos de desconectar y cuando los tienes, no sabes cómo hacerlo.

Hábitos personales poco saludables

Entras en un estado de dejadez con respecto a tus hábitos saludables como es la comida, el ejercicio físico y el descanso. Todo esto es catalogado por tu mente como secundario y relegado al último lugar en tu tiempo y en tu agenda.

Agotamiento

Estás agotado a todas horas y en todas partes, pero te sientes incapaz de parar ni descansar. Sientes que estás dentro de una vorágine de trabajo de la que no puedes salir y que esto está casi fuera de tu control.

 

NIVEL 2: Impacto en tu productividad y efectividad

Frustración y baja productividad

Debido al exceso de trabajo, de implicación y al desgaste emocional que ello conlleva, el tiempo que dedicas a preparar las clases,  los horarios y a implementar las técnicas de entrenamiento comienzan a no ser proporcionales a los resultados. Dedicas mucho tiempo y los resultados son muy leves incluso a veces nulos. No le encuentras sentido y llega el estado de frustración.

Irritabilidad y sensación de Ausencia

Intentas estar presente en las clases y tener la presencia necesaria y suficiente para tus alumnos pero no lo consigues.  No puedes estar presente en las clases y comienzan a hacerse pesadas. Sientes que el prestar atención a tus alumnos se hace insostenible y llega el estado de irritabilidad y desconexión del grupo y de las clases.

Impacto en la vida familiar y social: La Culpa.

Comienzas a sentir estos mismos síntomas en tu vida familiar y social. Las sensaciones de irritabilidad y frustración ya no sólo afectan a tus clases y a tu práctica sino también a tu vida social y familiar. No consigues estar a gusto y en tu centro en ninguna parte y además te sientes culpable por ello.

 

NIVEL 3: Impacto y degradación de la salud y el estado físico

Agotamiento extremo

Sientes agotamiento todo el tiempo. No solamente en el trabajo sino también los fines de semana y vacaciones. No importa el tiempo que descanses, sigues sintiendo cansancio físico y malestar.

Síntomas físicos y enfermedad

Cada vez estas más tiempo enfermo o con algún proceso de enfermedad (resfriados, gripes, insomnio, dolores de cabeza, taquicardia, problemas digestivos…)

Falta de optimismo en tu vida personal y profesional

Todos los ámbitos de la vida acaban siendo impactados por el trastorno de Burnout. De ahí que la OMS lo haya puesto en consideración. Esta última fase acarrea:

Falta de autoestima, poca relación personal, agresividad, nerviosismo, bajo rendimiento, aburrimiento en todos los niveles de tu vida, sentimiento de fracaso.

 

No es necesario llegar a este último nivel. De hecho, confío en que cada día más los Instructores de Pilates y educadores de terapias corporales seamos capaces de cuidarnos más y mejor.

 

El autocuidado que divulgamos en clase debe darse por contagio o  como dice el refrán: Se predica con el ejemplo.

BURNOUT FELIZ 1 - Este curso, no te quemes dando clase

Aun así, si has llegado a sentir alguno de estos síntomas y crees que necesitas ayuda, puedes comenzar por leer las propuestas que te dimos en el artículo Quien cuida al Instructor de Pilates. De ahí te recomendamos que busques y pidas ayuda. Y recuerda que cuando sufrimos un proceso de este tipo ya sea burnout o cualquiera que implique nuestra salud física y emocional, siempre es un gran momento para parar respirar y dedicarnos al autocuidado y al amor por uno mismo. Esto es en realidad, lo más importante en la vida.

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