Plataformas vibratorias

por Andrea Fuente Vidal

Pilates y plataformas vibratorias: una dupla que da que hablar  

 A la hora de plantear la construcción de un programa de entrenamiento con plataforma es importante valorar la forma física y preparación general del alumno; tengo que destacar que con un grupo elevado de alumnos que tienen un nivel bueno de pilates, los resultados son significativos, evitando de esta manera molestias desagradables por las características de la potencia de estas maquinas.

El entrenamiento vibratorio aporta múltiples beneficios, entre los que destacamos:

  • Ejercicio recomendado en la mejora del rendimiento deportivo, con mejora de la fuerza explosiva.

  • Ejercicio recomendado para prevenir el envejecimiento de estructuras músculo-esqueléticas.

  • Ejercicio recomendado en programas de rehabilitación donde exista dificultad para la deambulación de los lesionados.

  • Ejercicio recomendado en la prevención de la osteoporosis y de sus consecuencias negativas.

Tonificación y entrenamiento deportivo

El estímulo vibratorio sobre todo el organismo se ha propuesto recientemente como un modo de ejercicio debido a su capacidad para producir un aumento de la fuerza en las extremidades inferiores. Su popularidad se debe a un efecto combinado sobre los sistemas neuromuscular y neuroendocrino. Las investigaciones realizadas hasta ahora sugieren la utilización de estas vibraciones como tratamiento en algunas enfermedades como la osteoporosis o el Parkinson y como un sistema eficaz para estimular la musculatura humana (Cardinale y Wakeling, BJSM, 2005).

Los sistemas utilizados se caracterizan por proporcionar un estímulo mecánico cuya intensidad depende de la frecuencia y de la amplitud de la vibración. Estos aparatos vibran en un rango de frecuencias entre 10 y 60 Hz (1Hz = 1 vibración por segundo), proporcionan una amplitud entre 1 y 10 mm y, como resultante de estas características, alcanzan aceleraciones que superan unas 15 veces la fuerza de la gravedad terrestre. Las plataformas más frecuentemente utilizadas ofrecen dos sistemas de vibración, uno de ellos consiste en un elemento basculante que ofrece la vibración alrededor de un eje horizontal, el otro, se fundamenta en la oscilación de toda la plataforma, de manera uniforme, hacia arriba y hacia abajo.

Hay que significar que existen diferencias en cuanto al efecto de un tipo de plataforma u otra. A falta de estudios en profundidad, parece que el efecto de ambos tipos de plataforma sobre las extremidades inferiores puede tener un efecto similar, mientras que los efectos sobre la pelvis y estructuras superiores es totalmente diferente. Al realizar un balanceo en el caso de las plataformas tipo GALILEO, la pelvis actua de bisagra de ese movimiento oscilante con lo que el movimiento vertical que de forma alternante transmite la plataforma a la extremidad inferior (caso de estar en una posición de pie sobre la plataforma) se convierte en un balanceo de pelvis y de las estructuras superiores, con lo que ya no tienen un movimiento vibratorio vertical. Por tanto, muchos de los efectos generales generados por la utilización de plataformas vibratorias pueden verse limitados en el caso de utilizar plataformas oscilantes. Donde más clara parece la limitación de sus efectos, es sobre la mejora de la masa ósea en pelvis, columna vertebral,? ya que el aumento de la densidad ósea está directamente relacionado con las aceleraciones verticales soportadas por los elementos óseos en concreto, y la transmisión de la aceleración vertical desde el pie hasta la columna lumbar se limita en gran medida con la utilización de plataformas de movimiento oscilante, en relación a las de movimiento vibratorio vertical, como la VIBRALASTER.

Cuando un sujeto se sube a una plataforma vibratoria, el movimiento repetido ocasiona un gran estímulo sobre las estructuras músculo-esqueléticas debido a los cambios en la rigidez muscular producidos como respuesta a la vibración (Grantham, 2005). Este autor analiza las posibles adaptaciones responsables de los cambios fisiológicos musculares entre las que se encuentran:

  • un aumento del estímulo neurológico de estructuras centrales y periféricas

  • una mayor predisposición para asimilar el estímulo de entrenamiento

  • un incremento de la sincronización de las unidades motoras

  • la estimulación de los órganos tendinosos de Golgi (pequeños receptores sensoriales localizados en las uniones músculo-tendinosas que controlan la tensión)

  • un aumento de la liberación hormonal

  • la aparición de cambios en la concentración de ciertos neurotransmisores (dopamina, serotonina,…)

  • el estímulo de receptores sensoriales, como los husos musculares (pequeños receptores sensoriales musculares que informan del estiramiento muscular), favoreciendo el ciclo estiramiento-acortamiento

Efectos de las vibraciones sobre la salud

La exposición aguda a las vibraciones produce importantes efectos metabólicos, cardiovasculares y neuromusculares. Cuando uno se pone de pie con una ligera flexión de rodillas, sobre una plataforma vibratoria en marcha, se produce un aumento del consumo de oxígeno y un incremento del flujo sanguíneo en muslos y pantorrillas. Esto último, medido con sistemas de ultrasonidos Doppler, puede ser debido a que la vibración reduzca la viscosidad sanguínea y aumente la velocidad de la sangre a través del entramado arterial.

Los enfermos de Parkinson pueden verse favorecidos por este tipo de estímulo. La realización de un entrenamiento con vibraciones basado en 3-5 series de 45-60 segundos de estímulo, con pausas de 30-60 segundos, a una frecuencia de 4-7 Hz, proporciona una mejoría de alguno o varios de los siguientes síntomas: temblor, rigidez, equilibrio y/o estabilidad postural. Estas adaptaciones pueden observarse a los 10-60 minutos de finalizar la sesión de entrenamiento y persistir durante 2 días.

Efectos de las vibraciones sobre la rehabilitación y recuperación de lesiones

Un grupo de investigadores alemanes ha trabajado sobre los efectos de las vibraciones mecánicas en deportistas que se encuentran entre la 6ª y 10ª semana de rehabilitación tras una intervención quirúrgica destinada a reparar una ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla. El entrenamiento consistió en 5 series de 60 segundos de vibración. La valoración de la propiocepción de las extremidades inferiores evidenció una mejora significativa del equilibrio en la dirección antero-posterior.

Estudios con animales sugieren la utilización de las vibraciones para mejorar la masa ósea y las propiedades mecánicas del hueso. Ultimamente se está objetivando el mismo efecto en los humanos, es decir, un aumento de la densidad ósea como respuesta al entrenamiento mediante vibraciones mecánicas; para ello es preciso alcanzar unos niveles mínimos de aceleración vertical, que son diferentes en función de la localización de la zona ósea en estudio (calcáneo, cadera, pelvis, columna lumbar,…).

El entrenamiento mediante plataformas vibratorias se está mostrando eficaz en la disminución del dolor (por cambios en el umbral de dolor), así como en la mejora de los problemas específicos de dolor lumbar. Así como con anterioridad las vibraciones mecánicas se relacionaban con la génesis de la lumbalgia, en este momento se están utilizando para su curación.

Efectos de las vibraciones sobre el rendimiento físico

A principios de los años 90 se produjo la irrupción de las vibraciones mecánicas como método rentable para la mejora del rendimiento físico. Varios estudios han mostrado efectos positivos sobre la potencia muscular, la flexibilidad, la fuerza, la liberación hormonal y el equilibrio.

Una reciente revisión de Issurin (2005), sugiere que los deportistas bien entrenados tienden a responder positivamente al entrenamiento con vibraciones y que la utilización continuada de este estímulo puede provocar pérdidas significativas de la condición física. Este último aspecto se basa en estudios que han observado, tras la inclusión del estímulo vibratorio, una inmediata disminución de la capacidad de salto que puede responder a una fatiga local que afectaría al rendimiento neuromuscular.

Roelants y colaboradores (2004), realizan un total de 72 sesiones de entrenamiento con vibraciones mecánicas a lo largo de 24 semanas con mujeres post-menopáusicas. Entrenaron un mínimo de 3 días por semana, dejando como mínimo un día de descanso tras cada sesión de entrenamiento. El entrenamiento por vibraciones mecánicas consistió en la realización de ejercicios estáticos y dinámicos, sin carga, sobre una plataforma vibratoria. A lo largo de los 6 meses de entrenamiento se modificó la amplitud y la frecuencia de vibración que pasaron de 2,5 a 5 mm y de 35 a 40 Hz, respectivamente.

Aplicaciones de las Vibraciones:

La utilización de las vibraciones mecánicas en el mundo del deporte y del fitness está teniendo un desarrollo importante. Desde el comienzo de su utilización allá por los años 60 con astronautas, el avance en el conocimiento de las repercusiones del uso de plataformas vibratorias ha sido imparable, principalmente en los últimos años en los que diferentes grupos de investigación están analizando los efectos que sobre el sistema neuromuscular, el sistema hormonal, el sistema nervioso,… tiene el entrenamiento vibratorio.

En la actualidad se están utilizando las plataformas vibratorias con los siguientes objetivos:

  • Mejora de la flexibilidad general, y en función del tipo de ejercicio realizado, incremento significativo y específico del rango de movimiento articular.

  • Aumento de la densidad ósea, con lo que supone un tratamiento preventivo de la osteoporosis y de sus consecuencias más llamativas como son las fracturas óseas.

  • Aumento de la fuerza muscular, con mejora de la potencia y del salto vertical.

  • Incremento de hormonas de corte anabólico y disminución de las hormonas catabólicas. Como consecuencia del entrenamiento sobre plataformas vibratorias, se han objetivado aumentos en los niveles de Hormona de Crecimiento y Testosterona, y disminución de los valores de Cortisol. Ello da lugar a una mejor asimilación de la carga de entrenamiento y una recuperación acelerada.

  • Tratamiento de la lumbalgia. A pesar de que las vibraciones mecánicas (como las que se generan en el ambiente laboral) son generadoras de lesiones, las propias vibraciones mecánicas en un rango determinado de fecuencia y amplitud se han mostrado eficaces en el tratamiento de la lumbalgia.

  • Disminución del dolor. La utilización de vibraciones mecánicas a baja frecuencia (en torno a los 20 Hz) o a frecuencias muy elevadas (en torno a los 100 Hz) dan lugar a modificaciones en el umbral del dolor, con lo que hay una disminución de la sensación dolorosa.

  • Mejora de la circulación periférica. Garcias al uso del doppler, se ha demostrado un aumento del flujo sanguíneo periférico mediante la utilización de plataformas vibratorias.

  • Favorece la lipólisis y la disminución de la obesidad. Las vibraciones mecánicas consiguen aumentar la lipólisis, con lo que supone un adyuvante en el tratamiento de la obesidad.

Vibraciones y Flexibilidad

La flexibilidad es un elemento de la condición física que podríamos definirla como la amplitud de movimiento de una articulación o de un conjunto de articulaciones.

La medida de la flexibilidad es en ocasiones complicada, utilizándose para ello aparatos específico como el flexómetro de Leighton, goniómetros de diferentes tipos o cintas de medición que junto con posiciones específicas nos permiten evaluar la flexibilidad. Una de las mediciones más utilizadas en la valoración de la flexibilidad, es el test del cajón propuesto en 1952 por Wells & Dillon, donde el sujeto se sienta en el suelo con las piernas extendidas y los pies en contacto con el “cajón”.

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Entonces se realiza una flexión de caderas y tronco con extensión de las extremidades superiores intentando “alcanzar” un objeto lo más lejos posible. En muchas ocasiones se utiliza este test como medida de la flexibilidad general, aunque está principalmente relacionado con la flexibilidad lumbar y de la cadena posterior de las extremidades inferiores.

La flexibilidad es importante dado que está relacionada con el rendimiento físico, y sobre todo porque su aumento puede estar en relación con la prevención de lesiones.

Hasta ahora el entrenamiento para la mejora de la flexibilidad se basaba en 2 tipos de ejercicios:

  • Estiramientos. Realizados de forma activa o pasiva.

  • Facilitación Neuro-muscular propioceptiva.

Vibraciones mecánicas en la mejora de la flexibilidad

En los últimos tiempos se está utilizando el entrenamiento de vibraciones mecánicas como método de entrenamiento de la mejora de la flexibilidad, con resultados en un principio sorprendentes y prometedores cara al futuro.

Se han utilizado diversos tipos de entrenamiento, diversas frecuencias de vibración, diversas amplitudes,… lo que ha dado lugar a una gran variabilidad de estudios y a que todavía no existan pautas concretas aplicables a cada tipo de población. El poco tiempo que llevan funcionando las plataformas vibratorias comerciales y las limitaciones en cuanto al control de sus características de funcionamiento en muchos de los casos, están retrasando la aparición de protocolos bien estandarizados de uso.

Se han utilizado las vibraciones mecánicas en la mejora de la flexibilidad de personas sedentarias, y se han conseguido muy buenos resultados. Una de las críticas a la mejora de la flexibilidad mediante vibraciones, es que en personas sedentarias prácticamente cualquier tipo de actividad da lugar a una mejora.

Pero la mejora de la flexibilidad mediante la utilización de vibraciones mecánicas, no se limita a personas sedentarias, sino que en deportistas también mejora la flexibilidad utilizando plataformas vibratorias, incluso en deportistas que realizan habitualmente otras formas de entrenamiento de la flexibilidad. E incluso hay una mejora de la flexibilidad en un deporte en el que tiene tanta importancia la flexibilidad como es la gimnasia. Vamos a ir viendo la mejora de la flexibilidad en las diferentes publicaciones al respecto, centrándonos en 3 estudios que se caracterizan por:

  • Haberse publicado recientemente en una revista científica internacional. Los 3 estudios se han publicado en 2006.

  • Haberse realizado incluyendo un grupo control de referencia.

The effects of a Whole Body Vibration Program on Muscle Performance and Flexibility in Female Athletes / Efectos de un Programa de Entrenamiento Vibratorio en el Rendimiento Muscular y Flexibilidad en Mujeres Deportistas

Este estudio realizado por Federica Fagnani y colaboradores ha sido publicado en la revista Am J Phys Med Rehabil en el año 2006 y puedes acceder al Abstract

vibraciones_html_56b3a74fCompletaron el estudio 24 deportistas, de las que 13 formaban parte del grupo sometido a vibración y 11 formaban parte del grupo control. Durante 8 semanas, las deportistas realizaron este entrenamiento específico 3 veces por semana, utilizando el grupo experimental una plataforma con frecuencia de vibración de 35 Hz y 4 mm de amplitud de desplazamiento. Se utilizaban 2 ejercicios, uno era con ambos pies sobre la plataforma con flexión de rodillas de 90º y el segundo ejercicio era similar al anterior, con una pierna levantada y la otra sobre la plataforma con flexión de rodilla de 90º.

Se realizaron diferentes mediciones antes y después del test, y para evaluar la flexibilidad se utilizó el “test del cajón” ya comentado con anterioridad. Tras las 8 semanas, ambos grupos mejoraron su flexibilidad, pero el grupo que realizó entrenamiento vibratorio tuvo una mejora más acentuada como podemos apreciar en el gráfico adjunto.

 Will Whole Body Vibration Training Help Increase the Range of Motion of the Hamstrings? / El Entrenamiento Vibratorio Ayudará a Aumentar la Flexibilidad de los Isquiotibiales?

Este estudio realizado por Roland van den Tillaar ha sido publicado en el J Strength Cond Res. 2006.

En este estudio participaron 19 personas que se dividieron de forma aleatoria en el grupo de vibración (10 personas) y grupo control (9 personas) que realizaron un entrenamiento clásico de flexibilidad 3 veces por semana durante 4 semanas, y además el grupo vibración realizaba con anterioridad al trabajo de estiramiento un entrenamiento vibratorio consistente en 30 segundos sobre una plataforma que vibraba a 28 Hz con una amplitud de 10 mm, en posición de pie con ambas piernas flexionadas de forma que las rodillas presentan un ángulo de 90º, como vemos en la imagen adjunta. La evaluación de la flexibilidad se realizó midiendo el ángulo entre el fémur y la pelvis mediante un goniómetro, siendo siempre el mismo examinador quien realizaba la medición. Al comparar la mejora de la flexibilidad en las 4 semanas de entrenamiento, se observa un aumento mucho mayor en el grupo que ha realizado el entrenamiento vibratorio además del entrenamiento clásico de la flexibilidad mediante estiramientos, tal y como se observa en el gráfico adjunto.

Flexibility Enhancement with Vibration: Acute and Long-Term / Mejora de la Flexibilidad con Vibraciones: Efecto Agudo y a Largo Plazo

Estudio realizado por William A. Sands y colaboradores, publicado en el Med Sci Sports Exerc. 2006.

Este estudio puede considerarse como muy importante y significativo de la utilización de las vibraciones mecánicas en la mejora de la flexibilidad, por diferentes razones, como son:

  1. La población que realiza el estudio son jóvenes gimnastas de alto nivel que realizan un entrenamiento de unas 15-20 horas semanales. Siendo la gimnasia un deporte cuya práctica exige grandes rangos de movimiento, y que sus resultados deportivos también están ligados a esta cualidad física (flexibilidad), la influencia de la vibración en la flexibilidad de esta población específica es altamente significativa.

  2. La utilización de las vibraciones se realiza a la vez que se produce un estiramiento de tipo estático. Si exceptuamos un estudio anterior de Issurin publicado en 1994 con muy buenos resultados en cuanto a mejora de la flexibilidad, prácticamente todos los estudios en los que se ha estudiado la influencia de las vibraciones mecánicas en la evolución de la flexibilidad han sido realizados sin combinar simultáneamente la vibración y otro método de desarrollo de la flexibilidad.

  3. Evalúa la evolución de la flexibilidad de forma aguda (evaluándola después de un entrenamiento vibratorio) y a más largo plazo (evaluándola sin entrenamiento vibratorio previo a la medición).

En este estudio la muestra es relativamente baja aunque por otra parte todos los deportistas son de un nivel elevado; el conjunto está compuesto por 10 jóvenes gimnastas de sexo masculino, que de forma aleatoria se dividen en 2 grupos de 5, que van a conformar el grupo control y el grupo experimental (vibración).

La medición de la flexibilidad se realiza mediante un test específico como el que muestra la imagen superior, midiéndose el descenso de la pelvis (pelvis “fijada” y medición de la distancia entre la espina ilíaca antero superior y el suelo). Tras un calentamiento genérico, se realiza la primera medición de la flexibilidad. A continuación se realizan estiramientos sobre la plataforma vibratoria en 2 posiciones (con cada una de las piernas), de forma que se completan 4 ejercicios; en cada una de las posiciones o ejercicios el gimnasta realiza 4 series de estiramiento de 10 segundos, con 5 segundos de recuperación; el trabajo completo se realiza en 4 minutos (1 minuto por ejercicio). El grupo control realiza los estiramientos con la plataforma vibratoria apagada, mientras que el grupo experimental (vibración) realiza los mismos estiramientos con la plataforma vibratoria funcionando. Las características de vibración de la plataforma utilizada son de una frecuencia de vibración de 30 Hz, con una amplitud de desplazamiento de 2 mm.

Tras los estiramientos con o sin vibración, se vuelve a realizar una nueva medición de la flexibilidad, con lo que la diferencia en relación a la medición anterior supone la evolución aguda de la flexibilidad mediante entrenamiento vibratorio. La flexibilidad mejora en ambos grupos, pero la mejora del grupo experimental (sometido a vibración) es significativamente mucho mayor que la del grupo control, tal y como podemos apreciar en el gráfico adjunto.

A continuación y durante 5 días por semana los gimnastas continuan realizando los mismos ejercicios de estiramiento, unos con vibraciones y otros sin vibraciones; al completar 4 semanas, se realiza una nueva medición de la flexibilidad, esta vez sin estiramientos precios de ningún tipo. Se comparan estos resultados con el primer test realizado y de esta forma se obtiene la evolución de la flexibilidad a largo plazo. En este caso también hay una mejora generalizada de la flexibilidad en todos los deportistas, pero esta mejora es mucho más acusada en el grupo experimental que es el que ha realizado los estiramientos sometidos a vibración.

Los resultados de este estudio han sido tan satisfactorios en la mejora de la flexibilidad en deportistas de alto nivel altamente entrenados, que se ha adoptado esta tecnología en el entrenamiento de gimnastas y de deportistas de otras disciplinas en el Centro de Entrenamiento Olímpico de los Estados Unidos.

Vibraciones y Fuerza

Vibraciones mecánicas y desarrollo de la fuerza muscular

El estímulo vibratorio sobre todo el organismo se ha propuesto recientemente como un modo de entrenamiento físico por su capacidad para producir un aumento de la fuerza en las extremidades inferiores. Su popularidad se debe a un efecto combinado sobre los sistemas neuro-muscular y neuro-endocrino, así como al hecho de que la respuesta suele alcanzarse a corto plazo y de manera sencilla (Rehn y col., 2007).

Cuando un sujeto se sube a una plataforma vibratoria, el movimiento repetido ocasiona un gran estímulo sobre las estructuras músculo-esqueléticas debido a los cambios de la rigidez muscular como respuesta a la vibración (Grantham, 2005). Está demostrado que cuando sujetos no entrenados se someten a un entrenamiento con vibraciones mecánicas de todo el cuerpo, muestran una ganancia de fuerza en un corto periodo de tiempo y sin mucho esfuerzo (Delecluse y col., 2003). Este tipo de entrenamiento no es percibido por los sujetos como un esfuerzo agotador y resulta de gran interés cuando nos encontramos en un contexto terapéutico con la necesidad de aumentar la fuerza muscular sin resultar agresivos para el tejido músculo-esquelético. Incluso, en deportistas de cierto nivel, la realización de ejercicios de sobrecarga sobre este tipo de plataformas vibratorias, puede resultar una estrategia de mejora en acciones donde predomine el ciclo estiramiento-acortamiento (acciones de salto y de salto tras caída) (Ronnestad, 2004).

En este documento se revisan los últimos conocimientos de los efectos producidos por el entrenamiento con vibraciones mecánicas de todo el cuerpo sobre la fuerza muscular en humanos.

Valoración de la fuerza muscular

Antes de profundizar en las adaptaciones producidas por el entrenamiento muscular con vibraciones mecánicas, vamos a realizar una breve introducción sobre la metodología utilizada para valorar las modificaciones producidas por el entrenamiento de la fuerza muscular.

La mayor parte de los estudios repasados para la realización de este artículo fundamentan los cambios provocados por la utilización de las vibraciones mecánicas en los resultados obtenidos con 3 tipos de pruebas:

  • Dinamometría Isocinética

  • Ejercicio de Media Sentadilla

  • Capacidad de Salto Vertical

Dinamometría Isocinética

La dinamometría isocinética (figura 1) permite la evaluación, en condiciones estandarizadas, de la fuerza máxima isométrica y anisométrica (concéntrica o excéntrica). Mediante sistemas motorizados que mantienen constante la velocidad angular del brazo de palanca (fijado al segmento corporal móvil durante el esfuerzo programado, caso de la pierna en la figura 1 para un esfuerzo de flexo-extensión de la rodilla) se puede realizar un estudio “in vivo” de las características del músculo humano. Estos aparatos se han utilizado de forma generalizada para rehabilitar el músculo lesionado y permiten la determinación del par de fuerza muscular, de la potencia muscular desarrollada, del trabajo realizado, de la explosividad muscular (impulso de fuerza o capacidad para generar fuerza en el menor tiempo posible) y de la resistencia de los grupos musculares involucrados en el movimiento de la mayor parte de articulaciones del cuerpo humano.

Ejercicios de Sentadilla

Los ejercicios de sentadilla, de media sentadilla y de prensa de piernas en una máquina simple de entrenamiento o con pesas libres (figura 2, foto tomada de www.fifa.com), con la tecnología Ergopower o Musclelab, o mediante una cinta métrica y un cronómetro, permiten establecer la relación fuerza-velocidad y resultan una de las pocas opciones para valorar la fuerza muscular durante la ejecución de un movimiento real (Tous, 1999). La realización de ejercicios donde se examinan cargas comprendidas entre el 20 y el 100% del valor 1RM (Repetición Máxima = esfuerzo que puede ser repetido una sola vez) facilitan el cálculo de la potencia desarrollada y el de la fuerza máxima dinámica e isométrica (esta última si se dispone de galgas extensiométricas).

Capacidad de Salto Vertical

La capacidad de salto vertical se utiliza desde hace muchos años como un reflejo indirecto de distintas expresiones de la fuerza de las extremidades inferiores (Bosco y col., 1983). Trabajos recientes han mostrado una estrecha relación entre la capacidad de salto vertical y la fuerza máxima concéntrica alcanzada durante la realización de un ejercicio de media sentadilla (Wisloff y col., 2004). Estas mediciones, habitualmente basadas en el cálculo del tiempo de vuelo durante un salto con contramovimiento (CMJ), valoran la fuerza explosiva (con reutilización de la energía elástica y aprovechamiento del reflejo miotático), el reclutamiento nervioso y la coordinación intra e intermuscular (Bosco y col., 1983). Sin embargo, la información obtenida con estas pruebas resulta muy generalizada porque es compleja la diferenciación de la contribución de los distintos factores que intervienen en el resultado final (impulso de brazos, tronco, fuerza explosiva de los extensores de las piernas, …) junto a la dificultad que supone el aislamiento de los aspectos neuromusculares de los puramente contráctiles.

Efectos de las vibraciones mecánicas sobre la fuerza muscular

A principios de los años 90 se produjo la irrupción de las vibraciones mecánicas como método rentable para la mejora del rendimiento físico. Varios estudios han mostrado efectos positivos sobre la potencia muscular, la flexibilidad, la fuerza muscular, la liberación hormonal y el equilibrio postural. Sin embargo, no existe un consenso sobre los mecanismos por los que las vibraciones mecánicas pueden favorecer el rendimiento neuro-muscular (Rehn y col., 2007).

Las adaptaciones musculares pueden producirse como consecuencia de una respuesta tanto a corto como a largo plazo. La primera, se basa probablemente en el efecto sobre los mecanismos neurológicos de la manifestación de la fuerza (Issurin y Tenenbaum, 1999), mientras que la adaptación a largo plazo se fundamente en la respuesta hormonal y en el posible aumento del tamaño muscular (Ronnestad, 2004).

Adaptaciones neurológicas

La primera adaptación que se produce tras un entrenamiento de la fuerza muscular afecta a los mecanismos neurológicos. Estas adaptaciones son independientes de un aumento de la masa muscular. Existen varias explicaciones de las causas de estos efectos entre las que se encuentran una mayor sincronización de unidades motoras, una co-contracción de músculos sinérgicos o una mayor inhibición de músculos antagonistas (Sale, 2003). La introducción de un entrenamiento con plataformas vibratorias durante la realización de un ejercicio de media sentadilla, en sujetos habituados al entrenamiento de la fuerza, produce una mejora significativa de la carga levantada en una repetición máxima (Ronnestad, 2004). El estímulo vibratorio produce cambios rápidos y cortos de la longitud del complejo músculo-tendón. Esto puede producir una contracción muscular involuntaria denominada reflejo tónico vibratorio que junto a la excitabilidad muscular producida por la activación de los husos musculares (pequeños receptores sensoriales musculares que informan del estiramiento muscular) son responsables de un mayor reclutamiento de unidades motoras y de generar una mayor tensión muscular. No obstante, es necesario considerar que si el estímulo vibratorio se mantiene durante mucho tiempo, se puede producir el efecto contrario al fatigar los husos musculares.

Roelants y colaboradores (2004) realizan un estudio con mujeres post-menopáusicas que mantuvieron el entrenamiento con vibraciones durante 6 meses. Los resultados muestran ganancias del 15% tanto para la fuerza máxima isométrica como para la fuerza máxima dinámica. La mejora estaría relacionada con la actividad muscular provocada por el estímulo vibratorio. Tal y como hemos comentado anteriormente, la mejora experimentada tras las 12 primeras semanas de entrenamiento puede estar relacionada con las adaptaciones neurológicas. Durante el estímulo vibratorio, los mecanismos responsables de la propiocepción (vías aferentes tipo Ia, II y Ib) van a estar muy estimulados provocando contracciones musculares reflejas. La mejora experimentada por las personas sometidas al entrenamiento con vibraciones mecánicas puede ser debida a una utilización más eficiente del “feedback” propioceptivo durante la realización de una contracción máxima isométrica (Delecluse y col., 2003).

El aprovechamiento de la exposición aguda al estímulo vibratorio para obtener un efecto inmediato sobre el rendimiento neuro-muscular ha sido estudiado recientemente por Cochrane y Stannard (2005). Estos investigadores han observado, tras someter a un grupo de jugadoras de hockey hierba a una única sesión de vibraciones mecánicas, una mejora significativa de la capacidad de salto vertical con acción de brazos. La mejora del rendimiento observada se fundamenta en la existencia de una potenciación del sistema neuro-muscular (activación refleja de motoneuronas provocando un mayor reclutamiento) sin obviar un posible efecto calentamiento como consecuencia de un incremento del umbral del dolor, de un mayor flujo sanguíneo y de una mayor elasticidad (Issurin y Tenenbaum, 1999, Kerschan-Schindl y col., 2001).

Adaptaciones estructurales

El aumento del tamaño del músculo es uno de los resultados más evidentes del entrenamiento de la fuerza muscular. Este crecimiento muscular puede ser transitorio, como consecuencia de un acumulo de fluidos en los espacios intracelulares del músculo, tras la realización de una sesión de entrenamiento de las extremidades inferiores. El ejercicio de media sentadilla produce una disminución del volumen plasmático que va a parar a las extremidades inferiores, aumentando su volumen durante la hora posterior al esfuerzo (Tous, 1999). Sin embargo, cuando valoramos el efecto del entrenamiento de la fuerza a largo plazo buscamos adaptaciones estructurales como la hipertrofia y la hiperplasia. La hipertrofia útil se produce como consecuencia de un incremento del contenido proteico del músculo. Existe un mayor número de filamentos de actina y de miosina que conlleva un aumento del área de sección transversal del músculo y una mayor capacidad para generar tensión muscular. También el entrenamiento de la fuerza muscular puede provocar un aumento del número de fibras musculares, adaptación conocida con el nombre de hiperplasia (Bompa, 1993; Tous, 1999).

El entrenamiento con vibraciones mecánicas puede generar un cierto grado de hipertrofia. Algunos estudios realizados con animales observan este efecto. Además, las vibraciones producen una gran tensión y estiramiento de los elementos contráctiles musculares, considerado por varios autores como un estímulo esencial para el crecimiento muscular (Ronnestad, 2004). Otro de los desencadenantes del crecimiento muscular reside en las variaciones del entorno hormonal. La testosterona es capaz de aumentar el crecimiento muscular debido a un aumento del almacenamiento de amino-ácidos y de la síntesis de proteína muscular. Estudios realizados por Bosco y col. (2000) muestran que la exposición aguda a un entrenamiento con vibraciones supone un aumento de la concentración plasmática de testosterona. Respecto a la evidencia de este efecto de las vibraciones sobre la liberación hormonal (testosterona y factor de crecimiento insulínico), un grupo de la Universidad de Aberdeen (Escocia), liderados por Cardinale, sigue sin observar diferencias significativas. En estudios publicados este mismo año, valoran un protocolo de 10 repeticiones de 1′ a 30 Hz (pausa pasiva de 1′) que supone una aceleración de 3,5 g. La concentración plasmática de las hormonas comentadas anteriormente no sufre variaciones. Una de las limitaciones de estos últimos trabajos puede estar en la aceleración a la que se someten los sujetos que comparada a la observada en otros trabajos (>14 g) puede resultar insuficiente.

A partir de los estudios revisados, podemos concluir, tal y como han sugerido Luo y col. (2005), que el entrenamiento por vibraciones puede producir adaptaciones a largo plazo siempre y cuando la intensidad y el volumen de la carga sean suficientes. Cuanto mayor sea la intensidad y la cantidad de ejercicio, existen más probabilidades de alcanzar un mejor rendimiento en la fuerza y en la potencia desarrolladas.

Aplicaciones prácticas para estructurar un entrenamiento de la fuerza muscular con vibraciones mecánicas sobre todo el organismo

La posibilidad de mejorar la capacidad de un individuo para generar tensión muscular mediante las vibraciones mecánicas supone una atractiva y eficaz metodología de entrenamiento.

Los valores previos de fuerza muscular pueden condicionar la magnitud de los cambios. Sujetos poco activos, sin experiencia previa en programas orientados al desarrollo de la fuerza muscular resultan los más adecuados para beneficiarse de la realización de un entrenamiento con vibraciones mecánicas.

Autor: Mario Alejandro Rosas Pousa

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